La historia del reloj
4 participantes
Página 1 de 1.
La historia del reloj
Queridos habitantes del caserón, nunca he sido una amante del control del tiempo, de hecho me suele poner bastante de los nervios saber en qué hora vivo (manías mías ) pero eso no me quita el poder disfrutar de estas pequeñas obras de arte que son los relojes.
Como muchos de ustedes, me agradan, y mucho, los relojes pequeños y de bolsillo, pero como todo en esta vida, el reloj tuvo un inicio oscuro y enoooorme, así que les paso a describir a grandes rasgos la historia del reloj (en su día me interesé por ellos y me sorprendió descubrir desde qué época tan joven de las civilizaciones somos capaces de controlar el tiempo ):
En tiempos antiguos, la mejor herramienta para medir el tiempoera la clepsidra o reloj de agua (durante las noches) y el reloj de sol (durante el día obviamente ):
- El reloj de sol, conocido desde tiempos inmemoriales, tiene documentada su primera utilización alrededor del 2800 a.C. (de mano de los habilidosos egicpios). El sistema es simple: se emplea la sombra arrojada por un gnomon o estilo sobre una superficie con una escala para indicar la posición del Sol en el movimiento diurno. Existen diferentes tipos de reloj de sol (Ecuatorial, Horizontal, Analemático, Vertical, Orientado, Declinado, Portátiles…) y su precisión y capacidad de medición es muy variada dependiendo del tipo utilizado (el reloj de sol más preciso se encuentra en Bütgenbach, Bélgica, y tiene una precisión impresionante de ±30 segundos).
- La clepsidra demostró de nuevo que el ingenio y la imaginación lleva con el ser humano desde el principio de los tiempos, ya que se tiene constancia de estas obras de ingeniería desde el 1530 a.C. (construida para el faraón Amenhotep I, también por parte de los egipcios… que de tiempo tenían entre mastaba y mastaba ). Su funcionamiento era simple pero efectivo: consistía en una vasija de cerámica rellena de agua hasta un cierto nivel, con un orificio en la base de un tamaño concreto, que aseguraba una salida del líquido a una velocidad determinada, y por lo tanto, durante un tiempo determinado. Se podía controlar el paso del tiempo según niveles en el recipiente contenedor, o según niveles en el recipiente donde se vertía el agua (si se utilizaba este sistema, se solía utilizar un objeto flotante para facilitar la obtención de la información.
Obviamente, nuestros ancestros vieron otras posibilidades de medir el tiempo, como por ejemplo:
- El reloj de arena, que seguían un método similar al de los de agua: se controlaba el tiempo según lo que tardaba la arena en caer de un recipiente a otro a través de un orificio que permitía la salida a una velocidad determinada.
- El reloj de fuego, utilizados en Asia y Europa hasta la Edad Media: se controlaba el tiempo según lo que tardaba el fuego en consumir un objeto o material, por ejemplo, una vela, una mecha o una barra de incienso
Desde los primeros relojes de Sol hasta el reloj mecánico (cuya descripción escrita más antigua data alrededor del 1300 d.C.), la ciencia de medición del tiempo vivió distintas etapas, todas ellas maravillosas y que han dejado una huella imborrable en la ciencia de la medición del tiempo: En 1086 d.C., el astrólogo y relojero imperial Su-Sung construyó un complejo reloj astronómico, construido con forma de pagoda de 5 pisos y más de 9 metros de altura. El mecanismo tenía como base un reloj de agua, utilizando el agua vertida desde el cuenco para mover un sistema de palas. Estas, al girar, ponían en marcha una serie de mecanismos que permitían el movimiento de 96 figuras, que asomaban de las pagodas dependiendo del momento del día, así como tañir campanas y hacer sonar tambores para marcar ciertos momentos del día.
Tras este impresionante artilugio, la evolución del mecanismo de medición del tiempo se vio sumergida en un letargo, ya que pese a que se han encontrado ciertos escritos definiendo relojes de pesas entre los años 1266 d.C. y 1277 d.C., la primera información escrita y confirmada que se tiene sobre este invento se remonta alrededor del 1300 d.C., cuando el abad de San Albano, Richard Wasigford, creó el que está considerado como el primer reloj mecánico. Era conocidos como ‘Relojes de torre’ y funcionaban con un mecanismo de pesas, colocadas al extremo de una cuerda, el otro extremo de la cual estaba fijado y enrollado alrededor de en un tambor giratorio. Las pesas bajaban por acción de la gravedad y hacían funcionar el reloj. No tenían esfera visible, sino que se utilizaban para hacer sonar las campanas de iglesias y palacios, que eran las que indicaban la hora. De hecho, la mayor preocupación de los fabricantes no era la precisión, sino el mecanismo de sonería de estos relojes (y en muchos casos, la preocupación del clero tampoco estaba en la precisión del tiempo real, sino en el anuncio de la hora de misa o del rezo).
Cuando el sigo XV aún era joven, se inventó el motor de muelle o resorte en espiral, sistema que permitia construir relojes más pequeños, ya que el sistema de muelle sustituia al de pesas. Se los cargaba haciendo girar una llave, y de ese entonces nos viene la frase ‘dar cuerda’, puesto que antiguamente se debía girar a mano el sistema de pesas, para volver a enrollar la cuerda con la pesa al tambor, y ese dicho se ha ido extrapolando hasta nuestros días.
El periodo gótico se caracterizaba por la construcción de hermosos relojes mecánicos de metal, donde un motor accionaba una rueda dentada que, a su vez, accionaba otras ruedas más pequeñas. Tenían una rueda de escape (fundamental en todos los relojes mecánicos y causante de ese sonido tan característico del ‘tic-tac’ de un reloj’) y un ancora, que determinaba la velocidad del reloj.
Este mecanismo se utilizó en todos los relojes mecánicos hasta el XIX, aunque se fue perfeccionando a lo largo de los años: inicialmente los relojes sólo tenían una aguja para marcar las horas, con el tiempo se dividió el espacio entre las horas en cuartos, para poder dar una medición más aproximada. Su tamaño fue decreciendo, ya que los avances en relojería permitían crear mecanismos cada vez más pequeños (los maestros relojeros de las ciudades de Nuremberg, Augsburg y Blois eran auténticos artistas en la creación de pequeños relojes).
En 1656, otro avance tecnológico revolucionó la relojería: el holandés Christiaan Huygens inventó el reloj de péndulo (aunque se podría atribuir la invención a Galileo Galilei, quien casi 100 años antes ya estudiaba esa posibilidad, pero nunca construyó ningún reloj basado en esa idea), y en 1670, el relojero británico William Clement perfeccionó el reloj de péndulo añadiéndole más longitud al brazo del péndulo, y encapsulando todo el mecanismo (este elemento le otorgó al reloj una capacidad mayor para controlar el tiempo, y se le incluyó por primera vez la aguja del minutero (la primera vez que se añadía una segunda aguja de manera funcional, anteriormente había relojes con dos agujas, pero una de ellas simplemente indicaba si el reloj tenía ‘cuerda’)) además de dotarle de una estética que perduraría hasta nuestros días (se le conoce como 'el reloj del abuelo')
Los descubrimientos y mejoras introducidas por los inventores del siglo XVII se fueron acumulando para crear relojes mecánicos cada vez más precisos y regulares. Esas mejoras incluyeron la posibilidad de reducir el tamaño de las maquinarias de forma progresiva, hasta lograr que los relojes fuesen ‘portables’. Poder consultar el tiempo en cualquier instante fue uno de los grandes avances de la relojería.
Los avances continuaron: Alexander Bain, relojero escocés, patentó el reloj eléctrico en 1840: el mecanismo de un reloj eléctrico se mueve gracias a un motor eléctrico o a un electroimán. En 1841, también patentó el primer péndulo electromagnético.
Desde aquel primer reloj de sol, han habido numerosos avances en los sistemas de medición del tiempo, sin embargo, y pese a todos los avances obtenidos, nada podrá reemplazar la belleza de aquellos primeros relojes de péndulo, ya que siempre serán para nosotros un objeto de increíble belleza y un símbolo impresionante del paso del tiempo.
Espero les haya gustado mi pequeña disertación sobre estas impresionantes máquinas Les agradeceré enormemente que me digan si encuentran alguna discrepancia en mis fechas, personajes o cronologías, o simplemente si desean comentar o ampliar esta información.
Saludos desde proa
Dana
Como muchos de ustedes, me agradan, y mucho, los relojes pequeños y de bolsillo, pero como todo en esta vida, el reloj tuvo un inicio oscuro y enoooorme, así que les paso a describir a grandes rasgos la historia del reloj (en su día me interesé por ellos y me sorprendió descubrir desde qué época tan joven de las civilizaciones somos capaces de controlar el tiempo ):
En tiempos antiguos, la mejor herramienta para medir el tiempoera la clepsidra o reloj de agua (durante las noches) y el reloj de sol (durante el día obviamente ):
- El reloj de sol, conocido desde tiempos inmemoriales, tiene documentada su primera utilización alrededor del 2800 a.C. (de mano de los habilidosos egicpios). El sistema es simple: se emplea la sombra arrojada por un gnomon o estilo sobre una superficie con una escala para indicar la posición del Sol en el movimiento diurno. Existen diferentes tipos de reloj de sol (Ecuatorial, Horizontal, Analemático, Vertical, Orientado, Declinado, Portátiles…) y su precisión y capacidad de medición es muy variada dependiendo del tipo utilizado (el reloj de sol más preciso se encuentra en Bütgenbach, Bélgica, y tiene una precisión impresionante de ±30 segundos).
- La clepsidra demostró de nuevo que el ingenio y la imaginación lleva con el ser humano desde el principio de los tiempos, ya que se tiene constancia de estas obras de ingeniería desde el 1530 a.C. (construida para el faraón Amenhotep I, también por parte de los egipcios… que de tiempo tenían entre mastaba y mastaba ). Su funcionamiento era simple pero efectivo: consistía en una vasija de cerámica rellena de agua hasta un cierto nivel, con un orificio en la base de un tamaño concreto, que aseguraba una salida del líquido a una velocidad determinada, y por lo tanto, durante un tiempo determinado. Se podía controlar el paso del tiempo según niveles en el recipiente contenedor, o según niveles en el recipiente donde se vertía el agua (si se utilizaba este sistema, se solía utilizar un objeto flotante para facilitar la obtención de la información.
Obviamente, nuestros ancestros vieron otras posibilidades de medir el tiempo, como por ejemplo:
- El reloj de arena, que seguían un método similar al de los de agua: se controlaba el tiempo según lo que tardaba la arena en caer de un recipiente a otro a través de un orificio que permitía la salida a una velocidad determinada.
- El reloj de fuego, utilizados en Asia y Europa hasta la Edad Media: se controlaba el tiempo según lo que tardaba el fuego en consumir un objeto o material, por ejemplo, una vela, una mecha o una barra de incienso
Desde los primeros relojes de Sol hasta el reloj mecánico (cuya descripción escrita más antigua data alrededor del 1300 d.C.), la ciencia de medición del tiempo vivió distintas etapas, todas ellas maravillosas y que han dejado una huella imborrable en la ciencia de la medición del tiempo: En 1086 d.C., el astrólogo y relojero imperial Su-Sung construyó un complejo reloj astronómico, construido con forma de pagoda de 5 pisos y más de 9 metros de altura. El mecanismo tenía como base un reloj de agua, utilizando el agua vertida desde el cuenco para mover un sistema de palas. Estas, al girar, ponían en marcha una serie de mecanismos que permitían el movimiento de 96 figuras, que asomaban de las pagodas dependiendo del momento del día, así como tañir campanas y hacer sonar tambores para marcar ciertos momentos del día.
Tras este impresionante artilugio, la evolución del mecanismo de medición del tiempo se vio sumergida en un letargo, ya que pese a que se han encontrado ciertos escritos definiendo relojes de pesas entre los años 1266 d.C. y 1277 d.C., la primera información escrita y confirmada que se tiene sobre este invento se remonta alrededor del 1300 d.C., cuando el abad de San Albano, Richard Wasigford, creó el que está considerado como el primer reloj mecánico. Era conocidos como ‘Relojes de torre’ y funcionaban con un mecanismo de pesas, colocadas al extremo de una cuerda, el otro extremo de la cual estaba fijado y enrollado alrededor de en un tambor giratorio. Las pesas bajaban por acción de la gravedad y hacían funcionar el reloj. No tenían esfera visible, sino que se utilizaban para hacer sonar las campanas de iglesias y palacios, que eran las que indicaban la hora. De hecho, la mayor preocupación de los fabricantes no era la precisión, sino el mecanismo de sonería de estos relojes (y en muchos casos, la preocupación del clero tampoco estaba en la precisión del tiempo real, sino en el anuncio de la hora de misa o del rezo).
Cuando el sigo XV aún era joven, se inventó el motor de muelle o resorte en espiral, sistema que permitia construir relojes más pequeños, ya que el sistema de muelle sustituia al de pesas. Se los cargaba haciendo girar una llave, y de ese entonces nos viene la frase ‘dar cuerda’, puesto que antiguamente se debía girar a mano el sistema de pesas, para volver a enrollar la cuerda con la pesa al tambor, y ese dicho se ha ido extrapolando hasta nuestros días.
El periodo gótico se caracterizaba por la construcción de hermosos relojes mecánicos de metal, donde un motor accionaba una rueda dentada que, a su vez, accionaba otras ruedas más pequeñas. Tenían una rueda de escape (fundamental en todos los relojes mecánicos y causante de ese sonido tan característico del ‘tic-tac’ de un reloj’) y un ancora, que determinaba la velocidad del reloj.
Este mecanismo se utilizó en todos los relojes mecánicos hasta el XIX, aunque se fue perfeccionando a lo largo de los años: inicialmente los relojes sólo tenían una aguja para marcar las horas, con el tiempo se dividió el espacio entre las horas en cuartos, para poder dar una medición más aproximada. Su tamaño fue decreciendo, ya que los avances en relojería permitían crear mecanismos cada vez más pequeños (los maestros relojeros de las ciudades de Nuremberg, Augsburg y Blois eran auténticos artistas en la creación de pequeños relojes).
En 1656, otro avance tecnológico revolucionó la relojería: el holandés Christiaan Huygens inventó el reloj de péndulo (aunque se podría atribuir la invención a Galileo Galilei, quien casi 100 años antes ya estudiaba esa posibilidad, pero nunca construyó ningún reloj basado en esa idea), y en 1670, el relojero británico William Clement perfeccionó el reloj de péndulo añadiéndole más longitud al brazo del péndulo, y encapsulando todo el mecanismo (este elemento le otorgó al reloj una capacidad mayor para controlar el tiempo, y se le incluyó por primera vez la aguja del minutero (la primera vez que se añadía una segunda aguja de manera funcional, anteriormente había relojes con dos agujas, pero una de ellas simplemente indicaba si el reloj tenía ‘cuerda’)) además de dotarle de una estética que perduraría hasta nuestros días (se le conoce como 'el reloj del abuelo')
Los descubrimientos y mejoras introducidas por los inventores del siglo XVII se fueron acumulando para crear relojes mecánicos cada vez más precisos y regulares. Esas mejoras incluyeron la posibilidad de reducir el tamaño de las maquinarias de forma progresiva, hasta lograr que los relojes fuesen ‘portables’. Poder consultar el tiempo en cualquier instante fue uno de los grandes avances de la relojería.
Los avances continuaron: Alexander Bain, relojero escocés, patentó el reloj eléctrico en 1840: el mecanismo de un reloj eléctrico se mueve gracias a un motor eléctrico o a un electroimán. En 1841, también patentó el primer péndulo electromagnético.
Desde aquel primer reloj de sol, han habido numerosos avances en los sistemas de medición del tiempo, sin embargo, y pese a todos los avances obtenidos, nada podrá reemplazar la belleza de aquellos primeros relojes de péndulo, ya que siempre serán para nosotros un objeto de increíble belleza y un símbolo impresionante del paso del tiempo.
Espero les haya gustado mi pequeña disertación sobre estas impresionantes máquinas Les agradeceré enormemente que me digan si encuentran alguna discrepancia en mis fechas, personajes o cronologías, o simplemente si desean comentar o ampliar esta información.
Saludos desde proa
Dana
Dana- Artesano de juguetes
- Cantidad de envíos : 120
Fecha de inscripción : 20/09/2011
Edad : 43
Localización : En la Arcadia, sobrevolando Mataró(BCN)
Re: La historia del reloj
Me ha parecido un aporte interesante y completo. Sólo le añadiría que a principios del siglo XIX el relojero suizo Louis Berthoud inventó un cronómetro con sistema de cuerda libre de péndulos y contrapesos (las oscilaciones eran dadas por un resorte plano). Éste diseño se convirtió en el padre de los relojes de bolsillo. También cuenta la leyenda cuando el pionero aeronáutico Alberto Santos Dumont Hizo el primer vuelo público controldo sobre un circuito y tiempo preestablecido en su dirigible Nº 6 (un vuelo de ida y vuelta hasta la Torre Eiffel y a su alrededor). Aterrizó muy bruscamnte por la prisa por cumplir el tiempo preestablecido, ello pese a que iba sumamente adelantado, cuando un amigo se lo preguntó (ya en tierra), Dumont le dijo que había tenido ambas manos ocupadas con los controles y no podía consultar la hora. Su amigo le modificó una tira de curero con un bolsillo que tenía una abertura para la esfera, de ésa manera podría consultar el reloj en su muñeca sin soltar los comndos, nació así el reloj de pulsera.
VahlSanders- Novelista desmotivado
- Cantidad de envíos : 647
Fecha de inscripción : 11/05/2011
Edad : 39
Localización : San Rafael, Mendoza
Re: La historia del reloj
Querido VahlSanders, gracias por el aporte estas 'leyendas' son a veces más fiables que la historia escrita como se suele decir, la historia la escriben los victoriosos, por ello, ciertas leyendas sobre tecnología son sólo eso, leyendas, puesto que alguien un poco más listo decidió hacer eso tan 'moderno' de patentar la idea
Agradezco su aporte, cuanta más información tengamos, mejor
Agradezco su aporte, cuanta más información tengamos, mejor
Dana- Artesano de juguetes
- Cantidad de envíos : 120
Fecha de inscripción : 20/09/2011
Edad : 43
Localización : En la Arcadia, sobrevolando Mataró(BCN)
Re: La historia del reloj
Valiosa información sobre las mediciones del tiempo. Añadiría solo que para medir tiempos pequeños con precisión se han utilizado desde siempre formulas mágicas, oraciones, bendiciones o canciones. Seguramente alguna abuela de los presentes aun usaría la bendición para cocer huevos. El ritmo y duración de las "canciones" rituales permitía cronometrar facilmente una tarea que requería un tiempo concreto. Muchos de los secretos de los maestros herreros, por ejemplo, consistían en cuando y que "hechizos" cantar (es decir, que tiempo exacto se dedicaba a cada fase de la forja).
Sr. Aguin- Piloto ciego
- Cantidad de envíos : 508
Fecha de inscripción : 08/05/2011
Re: La historia del reloj
Muy interesantes los aportes sobre la historia del reloj. Uno se queda impresionado de lo ingeniosos y habiles que eran nuestros antepasados.
Viktor von Krupp- Catedrático malvado
- Cantidad de envíos : 1191
Fecha de inscripción : 04/05/2011
Temas similares
» Reloj de muñeca
» Grandes mentiras de la historia de españa
» ¿A alguien le suena esta historia?
» La historia del ZMC-2
» Cocina victoriana y steampunk
» Grandes mentiras de la historia de españa
» ¿A alguien le suena esta historia?
» La historia del ZMC-2
» Cocina victoriana y steampunk
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.