Últimas adquisiciones

Bonitas llaves, Sr. Winchester. Me llevan a preguntarme qué misteriosas puertas abren.
Lady Dana, compartimos gustos en materia de dados. También me compré ese mismo juego el año pasado en una visita a Madrid.

Aprovecho la ocasión para poner unas fotografías de los frutos de nuestro último viaje a la capital (hace ya dos semanas). Debido a las restricciones de pesoinherentes al viaje enaeronave, tuvimos que limitarnos a objetos de pequeño tamaño:



Me temo que no se aprecia con demasiada claridad, así que paso a enumerarlos:
La mayor parte del botín consiste en el contenido de un viejo costurero/caja de restos que . Aproximadamente unos 2kg de piezas variadas, fundamentalmente cuentas faceteadas de cristal oscuro (procedentes de joyería de luto de finales del S XIX). También hay botones en cristal y azabache, de madera, otros tipos de cuentas y hebillas de bronce y latón (tres de ellas, hebillas decorativas de quita y pon que forman parte del mismo juego). Asimismo hay distintas monturas y piezas de joyas (anillos, broches, cierres de capa) en distinto estado de conservación. La más moderna de las que pude identificar data del primer tercio del siglo XX.

Entre las demás compras, unos guantes de rejilla con forma de guantelete apenas deteriorados (las mujeres tenían unas manos diminutas, este es el primer par que encuentro que me sirve y llevo una talla 6), un abanico de luto, bastante simple pero con un bonito tallado en la guarda, una funda de prismáticos de ópera (la necesitaba), un alfiler de sombrero de más de 30 cm (ideal para defensa personal), un pintalabios, una botella de perfume y una pequeña y curiosa pieza de color marfil que resultó ser el elemento más interesante.

Cuando llegué a casa y decidí limpiarla, me di cuenta de que tenía en la parte superior una pequeña cuenta de cristal poco mayor que el ojo de una aguja. Como recrdaba haber visto algo similar en alguna parte de la red, decidí mirar a través de ella enfocándola hacia la luz. Cuál no sería mi sorpresa cuando ante mí flotaron 5 vistas turísticas de la ciudad de San Sebastian (un poco deterioradas). Tras una intensa investigación, (20 minutos en google) descubrí que se trataba de la tapa de un alfiletero vendido como recuerdo turístico que utilizaba la sorprendente técnica de la microfotografía. Una verdadera lástima que no se conservase la otra parte.

LAs únicas dos compras de "gran tamaño" que hicimos fueron un portafolios encuadernado en cuero con las hojas y secantes originales (tiene una bonita colección de firmas de señoritas en tinta verde) y un cilindro de cuero, orginalmente la funda de un termo, que vino bien para transportar todo lo demás.



A pesar de lo interesantes que parezcan los hallazgos, no son ni de lejos tán interesantes como las horas que pasamos hablando con un viejo anticuario que nos explicó varias técnicas de restauración de lo más útiles y una serie de trucos del oficio (además de dirigirse a mí diciendo que soy lo que antes se llamaba un "maestro de los oficios" y sorprendernos utilizando expresiones como "antes de la Gran Guerra" que nos dejaban pensando en cuál sería realmente su edad).