Doktor Schnabel von Rom

Me presento ante ustedes, caballeros.

Como estoy entre caballeros de confianza, creo que no habrá riesgo en desvelar ciertos detalles relacionados con mi identidad que normalmente deben permanecer en secreto.
Hasta no hace mucho, mi nombre público era mr. Boffin, pero he de confesarles que era un nombre sacado de un libro de Charles Dickens (Nuestro común amigo). A partir de ahora llámenme Doktor Schnabel von Rom.
Disculpen si la ocultación de mi auténtica identidad les incomoda pero es vital para sobrevivir en mi profesión.

Trabajo para el Servicio Secreto Británico a las órdenes de la Corona. Primero para Su Augusta Majestad la Reina Victoria de Kent, y posteriormente, para el Rey Eduardo VII.
Mis misiones suelen consistir principalmente en luchar por resolver misterios que atenazan a la Humanidad o que ponen en riesgo la seguridad o la continuidad del Imperio, lo que me ha llevado a viajar a todos los rincones del mundo y a conocer a hombres de ciencia tan ilustres como Nikola Tesla, Robert Turner -más conocido ahora tan solo como Robur- o los doctores Andrew Ure, Henry Jekyll o Moreau... y a escritores de renombre de toda Inglaterra.

En cuanto al poco tiempo libre que me queda, lo dedico a veces a crear artefactos que puedan resultar útiles para mis misiones -ya haré público alguno- y en plasmar para la posteridad las historias que tienen lugar en el seno del Servicio Secreto o las narraciones fantásticas o de ficciones científicas que ronden por mi mente.

Sin más, como suele decir mi colega el Capitán Arkelao, me descubro el cráneo ante ustedes.
Atentamente, mr. Boffin aka Doktor Schnabel von Rom.

Espero poder demostrar que soy digna de vuestra confianza y que vuestra identidad queda también a salvo con esta humilde servidora, estimado doktor. Las identificación (y más secreta si se trabaja con ella) debe de permanecer oculta incluso para los ilustres amigos que habeis nombrado. ¡Cuántos misterios encierran esas afanadas personalidades que pasarán a la Historia abriéndose un gran hueco entre los genios de su campo!.

He tenido la oportunidad de conocer el personaje de Dickens de Mr. Buffin y aunque cueste pronunciarlo, creo que el nombre de Doktor Schnabel von Rom os hace más justicia.

Con ansia espero esas maravillosas historias salidas de vuestra mente o del Servicio Secreto.

Descuide, miss. La seguridad de tan ilustres personajes está asegurada. Sobre todo, porque casi todos ellos han muerto ya. En fin, ya presentaré alguna historia que hay por ahí escrita.
Si bien he de decir que la mayor parte de lo que escribo no está protagonizado por mí, sino por la agente Lisbeth Swift.

Sea como sea, encantado de verla por aquí. Con foreros como usted y otros que ya pululan por aquí, esto no tardará en crecer y multiplicarse.

No dudeis de que la fama y sus integrantes preceden el honor que tenemos de pertenecer a este foro y que poco a poco se irá haciendo más grande y con más integrantes.

Espero que el que todos a los ilustres miembros hayan perecido bajo vuestra seguridad no sea una maldición y pueda pensar que me siento a salvo a vuestro lado. De otra forma, tendría que situarme bien lejos de vos para que la profecía no me encuentre.

Será un placer leeros, her doktor.

Un placer tenerle por aquí herr doktor. Y no se preocupe, este es un lugar ideal para los secretos. De hecho esta mansión tiene muchas puertas secretas. Unas llevan a curiosas habitaciones, otras al jardin y más de una a alguna estraña y delirante dimensión.

Interesante... una organizacion secreta de la Pax Britanica, que no tiene nada que ver con la A.O.
Podremos juntar espectativas...
Por cierto, bienvenido!

Extraoficialmente, permítame decirle que llevamos un tiempo vigilándolos de cerca.
Quién sabe, quizá algún día nuestros destinos se crucen, antes de lo que usted cree...

Sea usted bienvenido mi querido colega. Le deseo prosperidad en este nuestro foro.

Y por favor le ruego envíe saludos de mi parte a miss Murray.

Sea usted bienvenido caballero, un placer tenerle en el caserón

Bienvenido caballero a este caserón.
Estoy intentando recordar aquella misión que nos encomendó la corona en los templos maya, en concreto el de Cancuén, Guatemala. Estuvimos a punto de encontrar los malditos manuscritos de T'ah 'ak' Cha'an, pero ya no estaban y fuimos presas de una desagradable emboscada. Poco después pude averiguar que los manuscritos ya estaban en poder de los alquimistas de la Reina...
¿No sabrá nada con respecto a todo esto verdad?
Bueno, en cualquier caso, espero poder intercambiar informaciones y vivencias con usted. Un cordial saludo Doctor.

Milord, creo que no debería haber desvelado su pertenencia al Servicio Secreto... Eso sólo fomenta que ande con mayor cuidado cuando pretenda robar un Turner en la National Gallery o, ¿porqué no decirlo?, la corona imperial... Aunque no lo hago por destruir el imperio, simplemente por diversión. Sea bienvenido y disfrute de su estancia (tanto como pueda con tanto trabajo).

Leo LeBeau escribió:Eso sólo fomenta que ande con mayor cuidado cuando pretenda robar un Turner en la National Gallery.

Uhmmm eso os hace ser el hombre indicado. Tal vez podamos hablar de negocios, caballero.

Siento que se sientan vigilados y, por qué no, asustados por mi presencia, Aprendices de Cobre.
Profesor, gracias por hacerme reír al recordar aquella expedición. Fue de lo más gratificante, je, je... Otra vez será.

No dejo de vigilarlos caballeros. No dejo de vigilarlos...

Un cordial saludo

Señor, sus secretos estan a salvo con nosotros. Despues de todo, estamos entre caballeros (y damas, desde luego).

Es un placer tenerle con nosotros Señor Von Rom. Y estoy intrigado respecto a algunas de sus actividades. Le invito a una de mis reuniones en la Torre de Nueva Crobuzon para compartir informaciones que de seguro le serán de utilidad.
Bienvenido

El placer es mío, caballeros...

Como dice un amigo en cómun...
Siempre es un placer leerle Mr Doktor...

-Me alegra tener entre nosotros a un miembro que trabaja para la seguridad del Imperio, y yo como ciudadano honrado no he de temer nada de usted permitame darle la bienvenida.

dice Jacques mientra oculta rápidamente en el bolsillo del abrigo una pequeña bolsa de papel con caracteres chinos.

Siempre es un placer verle donde sea y con la identidad que vea oportuna.

¡Donde podría estar Vd. sino aquí!

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