Destornillador sónico steampunk

El otro día, paseando por el jardín de los autómatas, la conversación nos llevó a hablar de la serie Doctor Who. No pude menos que recordar el primer artefacto steampunk que construí, hará ya un par de años. Ya en aquel momento me fascinaba esta estética, así que tan pronto tuve una ocasión aproveché para hacer una suerte de ejercicio práctico. El momento oportuno se presentó en un swap de un foro de manualidades (un intercambio, haces algo y se lo envías a otra persona, que a su vez te envía algo a tí). Como dos de las aficciones de mi pareja eran Doctor Who y el Steampunk me decidí a hacer un destornillador sónico al más puro estilo decimonónico.



Me he dado cuenta de que es probable que muchos de vds. se pregunten qué es un destornillador sónico. Perdónenme, pero estoy acostumbrada a escribir en otros foros donde todo el mundo es fan de Doctor Who. En esta dirección (añado un link a la wiki ) pueden encontrar una descripción de la serie. El destornillador sónico es la herramienta preferida del Doctor, esencialmente hace de todo: es útil tanto para abrir cerraduras como para hacer un scan médico o reconstruir una alambrada (un pequeño resúmen de su evolución a lo largo del tiempo). La otra fuente de inspiración en este caso es Torchwood, un spin-off de Doctor Who, que realmente no es una de mis series preferidas, pero en uno de los capítulos de la segunda temporada (Fragments), utiliza una ambientación de lo más interesante. Porque tengo que admitir que la idea de un instituto creado por la reina Victoria para luchar contra la amenaza extraterrestre, con sus artefactos steam y aliens vestidos de época resulta de lo más atractiva.




La idea tras este proyecto es la siguiente: El artefacto habría pertenecido a una antigua acompañante del Doctor y habría sido recuperado por un agente de campo del Instituto Torchwood, que lo enviaría a las oficinas centrales para que fuese convenientemente investigado y archivado. Algo habría salido mal en el transporte y la caja habría terminado en un almacén, donde habría estado acumulando polvo durante más de 100 años hasta que finalmente, en un afán de limpieza, alguien la habría enviado con otros trastos a una charity shop, lugar en el que yo lo habría encontrado.

Les ruego que me disculpen, pero como presiento que el post va a quedar demasiado largo, voy a utilizar fotografías en miniatura. Si están interesados en ver alguna de ellas a mayor tamaño, pueden consultar este álbum



Como base para la elaboración del artefacto utilicé un destornillador automático. Le quité la parte gruesa del mango y la sustituí por una base de masilla de la forma adecuada (olvidé mencionar que mi inspiración es el destornillador sónico del Cuarto Doctor. Una vez cocida añadí el "emisor": Una anilla de cortina, la pieza de la punta de un bolígrafo, una chincheta y un par de ovalillos. Para fijar las piezas los radios utilicé masilla de modelismo. El siguiente paso fue cubrir el mango con cuero. En este caso es cuero sintético procedente de un bolso viejo, del que también salieron las dos anillas color bronce del cuerpo central. Lo uní de forma que la costura resultase muy evidente, pues me parece que resulta agradable tanto a la vista como al tacto. Finalmente disimulé las piezas de plástico negro dándole unos toques de pincel seco con un poco de pintura dorada y envejecí el fimo dorado con pincel seco en negro (el resultado es sorprendentemente similar).



El cofre comenzó su vida como caja para incienso. La forma era adecuada, pero resultaba un poco sosa, así que decidí modificarla un poquito, pues tanto los victorianos como los gallifreyanos son conocidos por su gusto por los objetos un tanto recargados. Para empezar grabé dos láminas de fimo, una con un símbolo de los Time Lords (el de esta portada de CD) y otra con el sello de Rassilon. Al cotrario que en el destornillador, en este caso los horneé sobre la caja, que en el proceso adquirió un bonito veteado en la madera (el horno era de gas). Como no me convencía el color de la masilla, la pinté con pan de oro líquido y le di contraste en los dibujos con un poco de pintura negra aguada. Las tiras de cuero con hebillas que cierran la caja las recuperé de unas sandalias viejas (mi lema: no tirar nada nunca). El interior lo cubrí con terciopelo, pegado con una pistola de cola caliente (creo).

Con el destornillador y la caja terminados, sólo me quedaban dos últimos toques:



Resulta que la caja tenía un compartimento en la parte inferior, originalmente destinado al incienso. Decidí convertirlo en compartimento secreto e introducir en él una llave de la TARDIS. Para hacerla utilicé como molde una que tenía por casa (del Séptimo Doctor), más masilla y pintura. Finalmente decidí que quedaría mejor formando parte de un collar, por lo que reconstruí uno que había comprado en una tienda de segunda mano. Dentro del relicario puede leerse una frase del Primer Doctor: "If you could touch the alien sand and hear the cries of strange birds, and watch them wheel in another sky, would that satisfy you?"

El otro toque final es la nota del agente de campo al responsable del almacén. Cuando lo hice creí que esta sería la parte más simple del proyecto. Craso error. Cuando iba a escribirla me percaté de dos cosas: a) No tenía ni idea de cómo escribir una carta formal en inglés victoriano
b) La lengua nativa de mi pareja de swap era el inglés, así que una aproximación no iba a ser suficiente. Resulta que casi todas las cartas de carta de época que se pueden encontrar en la red son de tipo personal. Tras buscar bastante y desesperarme un poco encontré la página de transcripciones de cartas históricas del obsevatorio de Sydney. Una lectura que no sólo me resultó útil, sinó también muy amena. Desgraciadamente mi caligrafía es bastante mala y, a pesar de haber practicado con la pluma antes de escribir la nota, ahora soy incapaz de leerla (I have the honor herewith to enclose an artifact for further exammination and storage on ¿¿¿¿????). Es cierto que la fotografía no es buena y el proceso que utilicé para envejecer el papel fue bastante agresivo, pues como no tenía una impresora a mano, me vi obligada a transferir el sello con acetona.

Y para terminar, una foto de la investigadora que encontró el sónico (soñar es gratis, no )