De como un pintor-inventor americano en el barco de mi tío-abuelo se deja un tesoro.

Señores, damas.

Quisiera compartir con ustedes unas anotaciones del cuaderno de bitácora del Avante, un paquebote que durante sus últimos días perteneció a mi familia.

En ellas está anotada, por parte del capitán Redormer P. Hatteras, tío-abuelo mío, la curiosa visita de un artista que se empeñó en contratar los servicios de cabotaje del buque.

12 de Junio de 1840. Puerto de Southampton, Inglaterra.
Esta mañana temprano Boygord, hijo del contramaestre, me advirtió que un distinguido americano quería hablar con el capitán de la nave. Así mismo advirtió que debía de ser artista, pues sus ropas estaban marcadas con fortuitas manchas de pintura.


Me avergüenza recordarlo pero siempre quise que en mi gabinete estuviese presente un buen retrato mío, y pedí a la providencia que el artista fuera elevado en el retrato y no un vulgar paisajista.

Lo recibí en la toldilla de popa en donde conversamos gratamente por espacio de dos horas, tiempo suficiente para mí, pero no para él, en intentar que lo acompañara por una de sus aficiones: los mensajes remotos. Para ello buscaba enlazar algunas islas mediante cables submarinos, por lo que necesitaba ganar un buque y a su capitán. Le advertí como amigo que una afición desmesurada lleva a la pasión, y de la pasión a la locura sólo hay dos brazas.

Huelga decir que todo ello era un ardid para evitar la expansión de su invento, pues lo consideré una amenaza para la empresa colombófila de mi sobrino en aquellas latitudes. Nepotismo, tal vez, pero ¿qué habrían hecho ustedes? La familia es lo primero, y no me dejaré juzgar por quienes no han experimentado esta coyuntura en su propia carne.

Lo cierto es que el pintor-inventor si dominaba arte del retrato, pero evitó el tema en la toda la negociación. Nos despedimos sin acuerdo y el Avante se hizo a la mar esa misma tarde.

Ya en mar abierto, hallé una caja de madera que de seguro había extraviado mi anterior invitado. La caja guardaba un extraño artilugio del que no creo poder sacar ningún beneficio, por lo que se lo haré llegar como presente a mi sobrino. He aquí el aparato, ¿bonito verdad?.

Me equivoco capitán o eso parece un receptor telegráfico.

Es muy bonito!!

Estoy con Viktor, parece un receptor telegrafico

Me ha dejado usted intrigado...

Gran artilugio y si, parece un receptor telegrafico y muy bonito por cierto, un gran acabado de gran artesania.

Su historia no deja de ser magnifica, de hecho es brillante.

Efectivamente, es un receptor telegráfico y de una beldad incuestionable para las gentes de este caserón.

Y he querido escribir, para despistar, la inicial del apellido del inventor-pintor, "M." por Morse. Samuel Finley Breese Morse. Por cierto, si alguien lo dudaba si, es su retrato real, pero avanzado en edad y condecorado por sus inventos. ¡Ah!, y tenía el don del retrato, pues fue un afamado pintor.

Quería acercarles, por si no lo conocían ya, la afición que existe hoy en día por coleccionar manipuladores de telegrafía.

No quiero equivocarles, el bello modelo anteriormente mostrado no me pertenece, pues el manipulador que poseo no tiene la altura necesaria para este hilo, al ser meramente práctico; de hecho hay fervor por la comunicación en morse en el mundo entero.


Por cierto, quise hacer un guiño al anterior sistema de mensajes remotos, que se dejó de usar después de la II G.M.: la colombofilia. De hecho en España aún en el 2008 estaban con ello: http://www.eldiariomontanes.es/20080329/sociedad/ejercito-jubila-palomas-20080329.html


+info:
- Museo de la UCA
- Documentación de la historia telegráfica.[en]
- Colección particular de Luis García.
- Página de venta de usados

Para el matrimonio espectro también tengo algo:


Saludos, buena gente.

Curioso el mundo de la telegrafía y curiosos aparatos sin duda. El de la mano de esqueleto debia ser para las sesiones espiritistas. ¿Los muertos se comunican con los vivos?. Pues sí, por telégrafo.

Muy solemne la alusión a la colombofilia, la verdad es que emociona.

Ciertamente interesante e inquietante la narración escrita por su antepasado, así como cierta la fuerte relación que menciona entre la pasión y la locura medida en brazadas. La verdad es que resulta increíble y muy recurrente que disponga de estos documentos señor.